quarta-feira, 16 de fevereiro de 2011

Chiquitania - La Frontera del Tiempo (Primera Parte)



Texto y fotos: Luca Spinoza

Sumergirse en el territorio de la Chiquitania es siempre un gran privilegio. Poder recorrer sus pueblos teñidos de magia y de tiempo, es una experiencia imborrable que nos alimenta el espíritu y la sensibilidad.

Fuera de ser un deleite y un regalo incomparable para los sentidos, presenciar los sitios memorables donde se desarrolló una de las más trascendentes y sutiles epopeyas humanas del planeta, nos impone la responsabilidad de permanecer muy atentos a todo lo que esa tierra encantada tiene para revelar, mostrar y contar.


Una irrecusable invitación
En la mitad de una semana de intensa turbulencia sociopolítica nacional, mucho trabajo y escasas horas de sueño, recibí como una tabla de salvación la invitación de Rubens Barbery Knaudt del CEPAD (Centro para la Participación y el Desarrollo Sostenible), para integrarme a un grupo de visitantes de diversos municipios del país, que irían a conocer parte de la Chiquitania durante dos días.


Mi entusiasmo fue inmediato, ya que después de haber ido una vez a la localidad de Concepción, me había seducido con la fascinación de su templo, su cultura, su música, su naturaleza y su gente. 

Como en esa oportunidad había ido solo, aprovechara intensamente las ventajas de la soledad. Me levantaba de madrugada a mirar estrellas fugaces, charlaba con los fantasmas que dormitaban en los bancos de la plaza, contaba gotas de rocío en las anónimas telarañas de los portales, paladeaba refrescos de mocochinchi y tamarindo hasta la última gota, no perdía de vista la gracia de las mujeres chiquitanas al caminar por las veredas, me entregaba como un niño al vaivén de las hamacas, caminaba sin rumbo por las callejuelas vetustas y tranquilas, admiraba sin prisa los nidos ejemplares del tiluchi, me impregnaba del sabor secular de las paredes del templo y me sorprendía, con la mirada atemporal de los ancianos que cruzaba en la calle.


Pero lo mejor del menú, era paladear el sonido armónico de violines tocados en la clandestinidad sombreada de patios invisibles. Era sólo echarse a andar que  las melodías  revoloteaban por el espacio, encantando mis oídos con la nostálgica y dulce reminiscencia de tiempos idos.
En aquella ocasión, viajara para hacer un reportaje sobre las famosas orquídeas de la zona comprendiendo de inmediato, que estaba en uno de los rincones más sorprendentes que aún podían hallarse en el mundo.


Un sonámbulo en el “Lobby”
Dos días después, en la mañana tibia y perfumada de un clásico jueves primaveral, luego de un par de horas de sueño que sirvieron sólo para tornarme un zombi ojeroso, llegué como un equipaje extraviado al zaguán siempre agitado del Hotel Los Tajibos. 

Deambulé como alma en pena buscando al grupo del que haría parte, hasta que surgió una voz suave, amable, cálida y femenina, que observando mi azoramiento me arrancó del sopor provocado por la falta de sueño y me hizo aterrizar. Era Gabriela Águila Bracamonte una de las coordinadoras del CEPAD, quien con la demoledora lógica y practicidad del género femenino, me hizo embarcar en el moderno y confortable ómnibus que nos aguardaba con los motores encendidos, ya que estábamos en la hora de partir.

Así, de un momento a otro, me encontré dentro de un vehículo lleno de alcaldes de diversas localidades del país, que habían llegado a Santa Cruz para participar de un evento nacional de municipios.
Con las gafas oscuras bien puestas para esconder mis ojos rojos, fui saludando a todo mundo mientras escogía un lugar para sentarme. De inmediato, descubrí que lo que más abundaba dentro del vehículo eran frescas botellas de agua mineral. Me aferré a la mía como un niño a su mamadera y siguiendo un ritual diario, leí las noticias del día en el periódico que había llevado. 

Anécdotas, horneados y cuentos
Salimos de la ciudad y en un rato ya nos encontrábamos en la carretera. Tuve la suerte de ir del lado de Miguel Vidal, un economista argentino radicado en Bolivia y que me fue contando infinidad de anécdotas mientras viajábamos.

Entre recuerdos bonaerenses, narraciones de viajes, chistes y una que otra pincelada filosófica, parecía que avanzábamos más rápido que de costumbre. En un rato habíamos llegado a la localidad de Pailón, donde mientras el bus aguardaba su turno en el peaje, bajé para comprar unos cuñapeces calentitos y unas divinas y suculentas naranjas.

Luego de atravesar el híbrido puente metálico sobre el poderoso Río Grande (mitad automotor y mitad ferroviario), las conversaciones entre los compañeros de viaje fueron disminuyendo poco a poco y muchos se sumergieron en un profundo sueño.


Del lado de mi asiento, había un joven que leía con enorme placer una selección de cuentos del escritor inglés Edgar Allan Poe, quien tiene una inmensa capacidad de envolvernos en un melancólico mundo de misterio y fantasía.

Mientras reflexionaba sobre la importancia de este autor para la literatura mundial, el sueño también me atrapó y no supe cómo ni cuándo, mis ojos se cerraron y el cansancio acumulado me hizo caer en una insondable profundidad, de la cual sólo salí cuando llegamos a la localidad de San Javier.  


Un templo fascinante
Luego de desperezarme vi por la ventana las características colinas de la región, sembradas de piedras de enorme tamaño. Se notaba que habían caído las primeras lluvias, ya que el paisaje que desfilaba ante mis ojos era profundamente verde.


Un rato después llegamos a Concepción y como de la primera vez, una sensación de estar atravesando las fronteras del tiempo me envolvió en  este pueblo tan especial.

Cuando acabamos de saborear el delicioso y abundante almuerzo que nos servimos en el hotel Las Misiones, partimos a visitar el histórico e inmenso templo, que se erige frente a la amplia plaza recientemente remodelada y refaccionada.

La majestuosidad de la construcción y de sus grandes patios interiores, me remitió de inmediato a la gloriosa época de la presencia jesuítica. Sólo quien ha estado en esa monumental iglesia, puede entender lo que se siente frente a los soberbios pilares de cuchi, que sostienen una nave de vigas superlativas con paredes que nos susurran los enigmas del pasado.  


Mientras paseábamos por el interior, no dejaba de percibir las emotivas reacciones de algunos alcaldes de remotas y distantes localidades de la región occidental del país, al encontrarse ante el inmenso tesoro arquitectónico e iconográfico que guarda el templo.
Venidos de lugares donde los árboles son muy es casos y cuando los hay, son esmirriados ejemplares adaptados a las estepas altiplánicas, se quedaban impresionados viendo los troncos gigantescos, intentando imaginarse el árbol original en la plenitud salvaje de su libertad.

Uno de ellos se aproximó a un pilar e intentó abrazarlo. Observando la expresión de su rostro, supe que en ese momento estaba sintiendo un cariño muy especial por ese cuchi, que había ofrendado su vida para que la iglesia existiese. 

Rumbo a San Ignacio
Luego de deleitar el alma y los sentidos con las sugestiones metafísicas y artísticas del gran templo de Concepción, llegó la hora de continuar nuestro viaje. Dejamos la iglesia con el sol de la tarde todavía alto y viendo las expresiones de los visitantes, comprendí que todos nos marchábamos con una emoción muy especial palpitando en el pecho.


Subimos al ómnibus y mientras nos dirigíamos a San Ignacio de Velasco, nuestro próximo destino, fui conversando con algunos de los compañeros de viaje. De esa forma, pude interiorizarme de cuáles eran los motivos que habían generado el desplazamiento de todos nosotros a la Chiquitania. Era una iniciativa de acercamiento e integración de diversos municipios del país, a través de un interesante y eficaz proyecto del CEPAD. 

Dialogando con delegados y autoridades de diferentes regiones nacionales, pude darme cuenta que hacían parte de un moderno proceso, que a años luz de los discursos de confrontación que en esos días eran comunes en el país, iba creando un tejido social sano, productivo e interactivo, que llevaba soluciones inmediatas, palpables y beneficiosas a comunidades normalmente relegadas al olvido. Descubrí que lo que el CEPAD hace, es construir soluciones ingeniosas, armónicas y eficaces, para promover el desarrollo de esa gente. Siempre con una profunda visión de respeto al Medio Ambiente y a las particularidades culturales de cada uno de los implicados. 


En esas horas de viaje, comprobé que mientras mucha gente se sumerge en una vida de complejidades teóricas y retóricas, que al final se torna un laberinto del cual no pueden escapar, otras brillan con la simplicidad de las convicciones profundas, sembrando realizaciones concretas y progreso a través de su trayectoria y su destino… Continuará

Informações sobre o Carnaval de Oruro na Bolívia - Patrimônio Cultural da Humanidade

El Carnaval de Oruro
El carnaval de la ciudad de Oruro dura 10 días cada año antes de cuaresma en las montañas de los Andes de Bolivia occidental. Ofreciendo música, danza y artes, es destacado por un desfile ceremonial que dura 20 horas, cubriendo 4 kilómetros e implicando a 20.000 bailarines y a 10.000 músicos. El carnaval refuerza la identidad cultural de la comunidad, y atrae a más de 400.000 personas. Puedes darte una pequeña idea viendo nuestra galeria de fotos de Oruro y ver la grandeza y majestuosidad de la fiesta considerada como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO.

El carnaval de hoy tiene sus orígenes en el gran festival de Ito celebrado por la gente de Uru desde épocas pre-Colombinas. Los españoles prohibieron los rituales de Uru en el 17mo siglo, pero continuo disfrazado como liturgia católica. Integraron a los dioses andinos en imágenes cristianas, los divinidades andinas eran adorados como santos católicos. Los aspectos del festival del Ito se han apropiado y continúan siendo expresados con un ritual cristiano celebrado en Candelmas (febrero 2).

El carnaval de Oruro se ha convertido en la mas grande celebracion anual y mas renombrada de Bolivia, lo que incluso le ha valido el reconocimiento de la Unesco otorgandole el titulo de Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el carnaval de Rio de Janeiro en Brasil no ostenta este titulo, asi que si estas en Bolivia por estos dias de carnaval esta sera una gran oportunidad para visitarla, cuando una ciudad minera se convierta en el foco de atencion de toda una nacion. En un sentido amplio, esta fiesta puede describirse como la re-edicion del triunfo del bien sobre el mal, pero la festividad esta tan interlazada con tradiciones originarias o indigenas con el cristianismo catolico con mezcla de mitos, fabulas, deidades y tradiciones que seria muy inapropiado simplificar de esta manera.

Los origenes de un festival similar podrian tener un origen en el reino medieval de Aragon, en estos dias parte de España, aunque los orureños (ciudadanos de Oruro) afirman que el carnaval de Oruro se conmemora este evento desde los primeros dias de esta ciudad. La leyenda dice que una noche un ladron llamado Chiru-Chiru fue seriamente atacado por un viajero que habria intentado robarle. Tomando lastima de este malhechor, la Virgen de la Candelaria gentilmente le ayudo a llegar a su casa cerca de la mina en la base del cerro Pie del Gallo y le socorrio hasta que el murio. Cuando los mineros lo encontraron alli, una imagen de la virgen estaba estampada en su frente. Hoy, la mina es conocida como el Socavon de la Virgen, y una gran templo, el Santuario de la Virgen del Socavon, ha sido construido para convertirse en la casa de la Virgen. La Virgen del Socavon, tambien es conocida como la patrona de la ciudad. Esta leyenda ha sido mezclada con la antigua leyenda Uro de Huari y la batalla con el Arangel Miguel contra los siete pecados capitales en el espectaculo que es presentado durante el Carnaval de Oruro.

Ceremonias comienzan varias semanas anteriores al carnaval en si, con solemnes plegarias de lealtad a la Virgen en el santuario. Desde esas fechas y en adelante se dan varias procesiones con velas y practicas de danzarines inundan las calles.

Asi como las danzas tradicionales bolivianas, como los caporales, Llameradas, Morenadas y Tinkus, el carnaval de Oruro ofrece como destacado a La Diablada (Danza de los Diablos). Estos demonios danzantes estan vestidos en coloridos y extravagantes vestimentas. El diseño y la creacion de los disfraces de Diablada se han convertido en un arte, y muchas fraternidades de Diablada - constituyendo miembros de varias clases sociales de Oruro - son patrocinadas por negocios locales. Existen en todos lados entre 40 a 300 integrantes cuyos disfraces podrian facilmente costar varios cientos de dolares cada uno.

El gran evento inicia el sabado antes al miercoles de ceniza con la espectacular entrada (entrada a la procesion) encabezada por el brillante disfraz del personaje de San Miguel. Detras de el, marchando y bailando vienen los famosos demonios y diablos que son acompañados por osos y condores. El jefe de los diablos, Lucifer, viste el disfraz mas extravagante con una capa y una mascara adornada. Con mucha pena a su lado esta otros dos diablos , incluyendo a Supay, dios andino del mal que habita las montañas y las minas. La procesion es seguida por otro grupo de danzarines, vehiculos adornados con joyas, monedas y plateria (trabajos hecho en plata), en conmemoracion a los ritos de Achura en los cuales el Inca ofrecia sus tesoros al dios Inti - el Sol - en el festival del Inti Raymi, y los mineros ofrecen su mineral de mayor calidad al Tio, el personaje demoniaco que es dueño de todos los minerales y de los metales preciosos del subsuelo. Detras de este les siguen los personajes del Inca y el grupo de conquistadores, incluyendo a Francisco Pizarro y Diego de Almagro.

Cuando el arcangel y los diablos llegan al stadium, ellos forman una serie de bailes para narrar la historia de la ultima batalla del bien contra el mal. Despues esto se convierte aparentemente el triunfo del bien sobre el mal, los bailarines se retiran al Santuario de la Virgen del Socavon en el amanecer del domingo, y una misa es ofrecida en honor a la Virgen quien afirma que el bien ha prevalecido.

Existe otra, menos espectacular entrada el Domingo en la tarde y mas bailes son desplegados el lunes. El siguiente martes, Martes de Carnaval, es marcadamente familiar y rituales de la cha'lla son ofrecidas en todo lado, donde el alcohol es vertido sobre los bienes materiales para invocar proteccion y bendiciones. El dia siguiente la gente va a los alrededores de Oruro donde cuatro formaciones de roca - la culebra, el sapo, el condor y la lagartija, son tambien objeto de cha'lla como una ofrenda a la Pachamama. Muchos otros espiritus son tambien ofrendados.

Como llegar a Oruro:
Oruro esta bien comunicado con departamentos de La Paz, Cochabamba y Potosi y con paises como Argentina, Chile y Peru, mas abajo encontraras informacion sobre transporte a Oruro en Buses y Trenes.


Fonte & Más Informacion: Bolívia Hostels
www.boliviahostels.com/espanol/guiaviaje/CarnavalOruro.html

Sucre - Capital Constitucional da Bolívia








Fotos: Mario Friedlander